viernes, 12 de noviembre de 2010

Costumbre.

Entró en el bar. Le saludó el camarero con un ronquido y un "¿lo de siempre?".

Ella titubeo, pero se atrevió: - No. Hoy además del café con leche quiero una tostada.

El camarero sorprendido tras dos años de desayunar lo mismo, la miró y se dio cuenta de que algo había cambiado. Le puso el café y la tostada y ella sonrió.

3 comentarios:

  1. Un leve detalle cambia la rutina y establece una serie de cambios en cadena.
    Efecto mariposa.
    Un abrazo

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  2. Ese camarero ya se ha quedado pensando para un rato... eso está bien, el cambio de ella provocará un cambio en él.
    Un beso

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  3. El poder de una tostada... jajaja. Pues ya era hora de un pequeño cambio hija.
    Besitos. No, cambio... Abrazos. No, cambio...Un aprentón de manos. Mejor todo junto.

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