- - Deja de leerme la mente de una vez.
- -
No te enfades conmigo, tengo un don y tengo
que explotarlo.
-
- Si me parece bien que como adivino que eres
aproveches tus capacidades. Y sabes que no tengo nada que ocultarte. Pero
déjame un rato tranquila, aunque sólo sea en el baño.
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