Él confiaba sus deseos al principio de año. De forma mágica esperaba que todos sus propósitos se cumplieran mientras se sentaba en el sofá, medio borracho y con los calzoncillos rojos.
Al terminar el año se enfadaba porque sus sueños no se cumplían. "Pero este año será distinto. El 2012 será mi año."- dijo en voz alta tras la última uva y todo decidido se sentó en el sofá.
Me trajo aquí otro blog y me quedo.Un saludo.
ResponderEliminarya me levanto
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