Ella buscó a su príncipe azul en el charca verde y, evidentemente, sólo encontró una rana así que se armó de valor para besarla con la esperanza de que se convirtiera en príncipe.
La gente comentaba que había perdido la cabeza. Todos sabían que el príncipe siempre estaba en el palacio.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarpenélope, de serrat, como b.s.o de este micro, sería inmejorable
ResponderEliminar