Caminando por callejuelas pequeñas me gusta recorrer este barrio que parece un pueblo en la ciudad.
Las calles están a medio iluminar. Da un poco de miedo pero aquí siempre huele a comida casera, a leña quemada incluso a bufanda recién tejida
En verano, las abuelas salen a la puerta y conversan sin ver la novela. En invierno se reunen en la casa de una de ellas y comentan que sus nietos no las van a ver nunca y sólo pasan por allí cuando tienen que hacer de niñeras.
La calle suele estar vacía pero es muy acogedora.
Allí vive mi abuela.
Las abuelas que comentan saben impregnar todo lo que las rodea de esos olores que te acompañan toda la vida.
ResponderEliminarRufino, pues pasa a ver a tu abuela...
ResponderEliminarUn abrazo
precioso este micro
ResponderEliminarEl barrio de tu abuela es un Shangri-La en plena ciudad despersonalizada.
ResponderEliminarSaludos a pares.
Tal vez te parezca un pueblo porque es el barrio de tu abuela.
ResponderEliminarLos barrios de las abuelas siempre parecen un pueblo.