lunes, 17 de enero de 2011

Prisa.

Como no tenía tiempo de nada. Siguió viviendo a toda prisa.

Al fin una mañana dijo: tengo que parar.

Desde entonces no corrió más.

6 comentarios:

  1. Felicidades al protagonista. Muchos intentan pararse y echar el freno, y no lo consiguen.

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  2. Muy bueno.
    Mejor pararse que que te paren.

    Un abrazo

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  3. pues un dia tendremos que aplicarnos el cuento

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  4. Seguro que está paseando tranquilamente por la vida, sin perderse detalle.

    Besos a pares.

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  5. Yo preferiría que me detuvieran jeje.


    Un abrazo

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