Todos los unos de enero varios millones de seres humanos deciden -a veces decidimos- comprometerse con ellos mismos y su sociedad a cumplir los buenos propósitos correspondientes.
Pero este año he decidido invertir el proceso y con cada nuevo propósito comenzará un nuevo año. A partir de ahora mi vida personal no se guiará por lo el calendario Azteca ni el Juliano ni el Chino. Desde hoy, vivo en el año del buen propósito uno: seguir descubriéndome en tus ojos cada día.
¿donde quedo el tam tam? no me llego nada
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