martes, 2 de agosto de 2011

Puerta.

Es medianoche y suena el timbre.
Sobresaltado me despierto y, sin pensarlo, corro a abrir la puerta.
- ¿Quien es?
- Tus fantasmas.
Abrí, saliendo que eras tú y que estabas de broma. Mis fantasmas nunca llaman a la puerta, están dentro.

3 comentarios:

  1. Me gusta, Rufino. Me atrae el tema de los fantasmas para la literatura, y más en esta época estival donde todo está mising.

    Saludos.

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  2. y eso que tienes las musas de vacaciones!!! estás en racha.

    ser o no ser
    saber o no salir

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  3. Pues yo creo que salen a hacer una escapadita cuando cierra los ojos y los tiene tan asumidos que cuando regresan les abre, sabiendo que son algo conocido.

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