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- Te llamo desde una cabina.
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- No, no puedo esperar a que arreglen la avería.
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- Tenía que hablar contigo.
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- Ya sé que es más caro...
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- Ya sé que andamos mal de dinero.
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- Pues claro cariño que pienso en nosotros pero tenía que decirte...
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- Claro que es importante. Para mí lo es.
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- No, no podía esperar…
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- Si. Se oye un poco mal. Es lo que tiene llamar desde una cabina.
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- Sólo he puesto lo mínimo no te preocupes que tampoco tengo más pero es que quería decirte…
PIIII PIII PIII
- Se me acaba el dinero y al final...
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- No me riñas por favor… yo quería decirte.
TUUU TUUU TUUU
- Cariño, ¿estás ahí?
Intransigencia y quizá algo peor al otro lado del teléfono. Hay situaciones en las que las palabras se sienten impotentes.
ResponderEliminarAAAAAAAAAAAAAAAArg. ¡Qué rabia!
ResponderEliminarPara algunos es más importante abroncar y criticar métodos que intentar comprender al de enfrente.
Un abrazo
Joooooooo, que rabia, y se quedo con la palabra en la boca... y seguro que queria decirle que lo queria, pues el o ella se lo pierde!!!
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