Se sintió vendido cuando se enteró de que su mejor amigo,
acaso el único, había comentado aquello sobre él.
Nunca se pudo imaginar que él fuera capaz de criticarle así,
nunca se lo imagino tan abiertamente aunque su sexto sentido, tan desarrollado
como su vergüenza, algo le había anunciado.
Se lo contó un tercero.
Por eso sólo tenía un amigo. No más de un amigo. Siempre
sólo uno para evitar un tercero. Pero siempre hay quien se cuela en nuestras
vidas y toma posiciones cuando no miramos y al contar al tres. No mueve manos,
no mueve pies, pero abre la boca y cuentas verdades dónde tú y tu amigo pones
mentiras piadosas.
Se sintió vendido y dolorido.
Lo primero porque su amigo
hablaba mal de él. Lo segundo, por el escaso precio conseguido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario