No era necesario ser psicólogo para entender nuestro
problema. Bastaba con leer las respuestas al cuestionario de la revista mensual
a la que ella llevaba suscrita un millón de años más o menos.
Concretamente a la decima pregunta.
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¿Cuál sería para usted la escapada perfecta?
La respuesta, clarificadora; cualquiera sin él.
Un final que confiesa un principio.
ResponderEliminarSaludos
Gracias.
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