Puedo ponerme en tu lugar y asumir que el puesto de jefe es estresante. Extremadamente estresante.
Entiendo que en ocasiones, muchas ocasiones, tienes que tomar decisiones que no te gustan. Decir que sí a tus jefes –que se nos olvida que los tienes.
Me pides que lo intente, que me ponga tu traje. Y claro que intento ponerme en tu lugar, pero me resultaría más fácil si tuviera además de tu traje, tu salario.
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