Sin payasos ni malabaristas nos dejo a todos con la boca abierto.
No había trapecistas pero todos sentimos el vértigo.
Fueron unos minutos, unos segundos quizá. Luego pestañeo y se fue con el príncipe.
Allí nos quedamos los siete; tras esperar y esperar esa mirada durante años con ganas de que el cuento acabase bien.
No pudo ser.
o 7 mujeres para cada hombre y no siempre el que te toca es un príncipe...
ResponderEliminarNo pudo ser.
Ellos ya sabían lo que iba a suceder!!
ResponderEliminar1 huesito