Portada.

A primera hora de la mañana me leo las portadas de los periódicos para evadirme de la realidad.

Aunque a veces no funciona.

Prometo

Prometo que seré feliz muy feliz. Prometo que haré lo que tenga que hacer para conseguirlo. Prometo que nunca volveré a llorar sino me duele nada, prometo no quejarme y luchar por mis metas. Prometo que nunca romperé la promesa. Puedo jurar que haré lo que sea para ser feliz pero necesito tu ayuda para empezar. Por favor, vete.

Aprendiendo.

De pequeños no enseñan que con las cosas de comer no se juega.

De políticos se nos olvida.

Cuando el Hombre llegó a la Luna.

- Estamos viviendo un momento histórico - exclamó el locutor de la tele.- Habrá un antes y un después de este momento.

Tenía razón.

Yo le daba un mordisco a mi bocata y se me caía el primer diente.

¿Premio?

He recibido las bases de un concurso.
Si ganas el premio es una escultura y a los demás por participar les dan un lote de libros.
Voy a ponerme ahora mismo a escribir un texto que pierda este concurso.

Cuentos.

No me quedan cuentos por publicar. Te los conté todos en nuestra última mirada.

Pintura.

- Darme de comer, chillaba el cuadro desde el fondo de la estancia.

Consiguió su objetivo, aunque nadie supo de dónde venían las palabras, todos miraron hacía aquella pared.

 

 

Una visión de Nubeh sobre un cuento de quien suscribe. Una prueba palpable de que cualquier cosa en las manos correctas pueden volverse arte.

Se encuentra en custodia en el Desván de Diógenes (c/ Fray Luis de León 3, 2ª planta) un lugar recomendable para gente con mente abierta y altura no demasiado elevado. Lo del desván es más que un nombre.

De noche

Es verdad  que escribo de noche, pero no se preocupen que pulso las letras flojito para no hacer ruido.

Tampoco hago textos largos, así paso desapercibido. Aunque algunas veces me captan algunos ojos, como ahora los tuyos, y entonces me siento desnudo en esa noche en la que mi corazón late bajito y despacito para no despertar a nadie.

Por el día es otra cosa, por el día toca despertar conciencias. Pero como llevo toda la noche escribiendo me quedo en la cama. Así tampoco molesto.

Premio.

Hoy he recibido un llamada en el teléfono móvil indicando que se ha fallado un premio a mi favor.

Me he indignado ya que no creo que darme un premio sea un fallo y así se lo he hecho saber a mi interlocutor, por supuesto, a gritos de indignación por la falta de respeto.

Durante diez minutos mi interlocutor ha aguantado mis improperios hasta que me ha hecho saber que todo era un error y que no me habían dado el premio.

Mi indignación fue aún mayor, era una broma de mal gusto jugar al ahora sí, ahora no.

 De haber sido de verdad el teléfono móvil, le hubiera colgado la llamada.

En crisis.

- Vivimos tiempos de crisis. Hay que apretarse el cinturón. Nuestra empresa nos necesita a todos. Hay que hacer esfuerzos. Tendremos que hacer horas extras. En estos tiempos difíciles es mejor tener trabajo que... -se hizo un silencio, en el que todos entendieron que el jefe tampoco se lo estaba creyendo.

Otro fracaso para un premio, una lástima que al final me vuelvan a incluir en otro libro colectivo. Para más señas en Editorial Hipalague.

Trabajo

Con la reforma del Convenio laboral, dejaste de trabajar los viernes por la tarde.

Con la reforma laboral, dejaste de trabajar.

Frases (des)hechas

Si las estrellas hablarán....

                                           no se podría dormi.

Marzo.

Comienza Marzo, mes nuevo, aunque se parece extrañamente a Febrero.

Comienza por el día uno, previsible rutina por otra parte. Pero también ha comenzado en viernes.

Se establece de esta forma un curioso paralelismo entre el mes de Febrero y de Marzo. Una especie de continuidad como si no hubiéramos cambiado de mes. Si el pasado fue un mal mes este también lo será; si fue un mes normal, este continuará igual y si fue un mes estupendo, mejor para usted.

Para mí Febrero es un cadáver cuyo fantasma se prorroga veintiocho días más, hasta que el día 29 de Marzo rompa esa duplicidad. Punto y final a la repetición. Comenzará entonces un nuevo tiempo.

Pero me temo que hasta que eso suceda se repetirán los días uno tras otro como si no hubiera cambiado de mes. Continuará la misma rutina. Volveré a ver los mismos expedientes para tramitar las mismas gestiones, con la misma gente.

Surgirán a mi alrededor los mismos problemas. Viviré con la misma gente idénticas situaciones y cuando por fin me haya acostumbrado será 29 de Marzo y entonces ya no volverán a repetirse los días. Este hecho me produce un sufrimiento mayor porque, además de vivir con incertidumbre, echaré de menos este corto mes de Febrero.

Feliz -simulado- Mes Nuevo.